Flacidez, hablemos de ella
Nuestra piel es un reflejo de cómo somos, cómo nos sentimos, cómo nos cuidamos y es mucho más que una manifestación externa de nuestra belleza.
El paso del tiempo acumula en el rostro nuestras experiencias, nuestro estilo de vida, el cómo nos cuidamos, y con él aparece la flacidez.
Llega un día en que la empiezas a notar y te saltan todas las alarmas.
La flacidez es pérdida de colágeno y elastina, que son el sustento de nuestros tejidos, y aunque la edad es el motivo principal, nuestra forma de vivir, cuidarnos, el sol y las posturas que adoptamos en nuestro día a día también tienen algo que decir.
Existen maneras de retrasar la flacidez, incluso mejorarla.
Yo recomiendo protegerte del sol, y no me refiero solo a ponerte protector, sino a exponerte al sol con mucha prudencia, y siempre evitarlo en la cara.
Vigilar las posturas cuando usas el móvil o trabajas en el ordenador, hacemos gestos cotidianos que sin ser conscientes pueden favorecer papada, descolgamiento del óvalo facial por tensiones en cervicales, o arrugas pronunciadas por gestos tensionales.
Mantener una rutina de cuidado de la piel adecuada, y me refiero a eliminar toxinas de la piel y nutrir correctamente, y aportar activos potentes que ayuden a la construcción de colágeno y elastina.
La nutricosmética, refuerza a la cosmética y a la alimentación. Es un aporte extra de nutrientes, de gran ayuda, en forma de cápsulas, ampollas bebibles o en polvo.
Mantener una alimentación limpia y rica en nutrientes sería la base sobre la que construimos nuestra calidad de la piel y su evolución.
Técnicas como el yoga facial, el automasaje, usar joyas de tocador como la gua sha y el rodillo, entrenan y esculpen tu rostro.
Y regalarte un masaje facial estupendo de manos de una buena facilista llevará tu piel y firmeza a otro nivel.
Todos los martes, puedes disfrutar en la tienda, de un Masaje Reafirmante de las manos de Eva Valldeperas, y para ponértelo fácil tienes una promoción del 3+1.
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